martes, 18 de enero de 2011

EL DIA EN QUE TODO CAMBIÓ.

Ha pasado más de medio año, pasará toda una vida, pasará una eternidad... pero a mí se me seguirán poniendo los pelos como escarpias.
Pensé que jamás viviría para verlo. Pensé que mi hijo no llegaría a disfrutarlo. Pensé que era un privilegio reservado sólo a unos pocos.
Nunca soñé siquiera en imaginarlo.
Ahora sólo me viene a la mente una frase que dije a Noemí ese día, el día en que cambio la historia: "Noemí, hoy ya me puedo morir tranquilo".



INIESTA DE MI VIDA!!

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